AMOR

Distinto, de un cuidado distinto, ya que tradicionalmente la figura masculina es fuente de fuerza y protección para evitarle peligros a sus seres humanos, además de proveer los recursos materiales para el desarrollo de los hijos. Todo lo anterior servirá de parámetro para medir nuestras relaciones amorosas posteriores.

El amor se vuelve una de las necesidades constantes de los seres humanos y su vivencia dependerá de las primeras experiencias. Es decir, que si fuimos deseados y esperados por nuestros padres con amor, recibidos con alegría y después criados amorosamente, entonces nuestra necesidad estará satisfecha y encontrar el amor con las otras personas de nuestro entorno, como son los amigos, los maestros y compañeros de escuela y posteriormente, los del trabajo, no sera una prioridad, ya que estas relaciones sucederán de manera natural en un clima de aceptación y amabilidad, que finalmente devendrá en cariño fraterno. Y en cuanto al amor de una pareja, será mucho más saludable y auténtico.

Si el amor se concibe como una carencia, como algo que falta, entonces las relaciones con el entorno no serán fáciles, se vivirán como algo que hay que sobrevivir o ganarse y esto puede ser peligroso porque muchas personas están dispuestas a hacer cosas que vayan incluso en contra de si mismas con el objetivo de obtener amor. 

Este sentimiento en sí mismo gozoso, el alma encuentra satisfacción en el. El amor no debería ser victima del sufrimiento. Existen muchas creencias populares acerca de que si no se sufre, no es amor de verdad. ¿Como podría ser natural o hasta deseable sufrir por amor, si el amor es alimento para el alma de las personas? El que sufre por amor, es que siempre ha sufrido y lo encuentra "Normal"; Quien ha recibido el amor con alegría desde siempre, no aceptara el dolor como parte de ello. Primero hay que quererse a si mismo, esa es la clave para vivir el amor con alegría; Si no es así, entonces se corre el riesgo de aceptarlo a cuanta gotas, condicionado y hasta violento. Los celos pueden ser una expresión agresiva de la carencia de amor propio por parte de quien los experimenta, sobre todo si son constantes y muy intensos.