sábado, 24 de octubre de 2015

IDENTIDAD


Como ya lo dijimos, la identidad es esa serie de características y rasgos de personalidad que definen a un ser humano y lo hacen único e irrepetible. Aquello que lo identifica en medio de muchos, es la identidad.
La importancia de la conciencia de quienes, permite a un individuo permanecer siendo el o ella misma sin perderse en un grupo. Ya hemos mencionado lo relevante que es ser aceptado, por ser seres sociables, y la identidad es esa parte de la personalidad que se posibilita a los individuos persistir siendo ellos mismos, aun cuando se adapten a nuevos contextos.
En la adolescencia es muy común jugar con la identidad. Se experimentan diferentes formas de ser y en ocasiones una joven puede fluctuar entre ser una dulce princesa y unos meses después ser una mujer con alma de artista, lo que no es tan grave todavía porque es una fase en la que se prueba diferentes formas de actuar hasta llegar a aquella que finalmente esta acorde con lo que el o la adolescente es; O sea, finalmente hay un conjunto de rasgos de personalidad propios que prevalecerán. Y es que la identidad se empieza a formar durante el proceso de la infancia y culmina en la adolescencia, etapa en la que todo lo que no se resolvió en las primeras fases del desarrollo, surgirán para darles cauce y solución, lo que si influye en la definición de la identidad.

Los aprendizajes que han dejado las experiencias previas, los rasgos comunes del grupo social, cultural y étnico al que se pertenece van formando la identidad individual. Los libros que se leen y que dejan huella en la persona, las películas que han sido de impacto, las relaciones interpersonales que proveen de enseñanzas, los viajes, las interacciones con personas de diversas culturas, en fin, todos estos elementos van moldeando la identidad.
Cada uno de nosotros sino únicos e irrepetibles y aunque podamos compartir valores, creencias y costumbres culturales, no somos una copia mas. Reconocer y respetar esas diferencias que nos hacen singulares permitirá que nuestra sensación de individualidad nos llene de alegría y satisfacción. Insistir en pertenecer a un grupo, dispuestos a renunciar a nuestra parte más auténtica, tarde o temprano terminará convirtiéndose en vacío. En cambio, ser auténticos será nuestra mejor carta, resulta remos interesantes a los ojos de muchos, ya que contaremos con una personalidad propia y no seremos la repetición de patrones de comportamientos creados por exigencias sociales.

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